jueves, 8 de septiembre de 2011

Romanticismo - Gustavo Adolfo Béquer - Análisis de las rima IV (39)

Romanticismo

El romanticismo se difunde y se desarrolla en la primera mitad del siglo XIX pero tiene sus raíces en la segunda mitad del siglo XVIII cuando nace en Alemania, en contraposición al neoclasicismo.
Las características generales de este movimiento son la exaltación del yo, el subjetivismo, el individualismo, la angustia metafísica que surge del choque entre el mundo subjetivo y el objetivo, el exotismo, la evasión, la ruptura de la unidad de tiempo y lugar, la mezcla de géneros, el amor idealizado, la naturaleza solidaria, entre otros.
En el romanticismo español se pueden destacar las siguientes características:
*Nacionalismo o patriotismo donde se manifiesta el gusto por los paisajes, las costumbres y temas de la historia nacional.
*Historicismo o medievalismo: se desarrolla la preocupación por temas del pasado, por la evocación de otras épocas. Se tiene especial preferencia por la Edad Media sentimental y cristiana.
*cristianismo, presente en todas las épocas de la historia española.


Gustavo Adolfo Béquer

Nació en Sevilla en 1836. Aunque sus apellidos son Domínguez Bastida, firmó con el segundo apellido de su padre, procedente de Flandes. Quedó a temprana edad huérfano y tuvo el deseo frustrado de estudiar Náutica, aunque más tarde hallaría su verdadera vocación, la de escritor. A los 18 años se trasladó a Madrid, donde intentó alcanzar el éxito literario y pasaría penurias. A los 21 años contrajo la enfermedad de la tuberculosis, que más tarde le llevaría a la tumba. Se enamoró fervientemente de Elisa Guillén, quien le correspondió, aunque rompieron pronto, con un gran pesar en el poeta. En 1861 se casa con Casta Esteban y ejerce de periodista con una actitud política conservadora. Más tarde obtiene 500 pesetas mensuales (cantidad importante para la época) como censor de novelas, pero lo pierde en la revolución de septiembre de 1868. Se separa de su esposa, cuya fidelidad no es completa. Comienza a llevar una vida de desilusión y bohemia, y viste con desaseo. En 1870 muere su hermano Valeriano, compañero inseparable del poeta. Gustavo Adolfo se reconcilia con Casta pocos meses antes de su muerte en Madrid, en 1870. Su fallecimiento pasó casi inadvertido y sus restos fueron enterrados, junto a los de su hermano, en Sevilla.
Su obra en prosa consta de Leyendas, veintiocho historias, en las que, según el ideal romántico, predominan el misterio y el más allá. Además, también escribió Cartas desde mi celda, un conjunto de crónicas compuestas durante su estancia en el monasterio de Veruela.
Bécquer reunió los poemas que compuso a lo largo de su vida, en Rimas. Son 79 poemas breves, de dos, tres o cuatro estrofas (salvo raras excepciones), generalmente asonantadas, con combinaciones de versos libres.


Análisis de la rima IV (39)

En esta rima, el autor intenta convencernos de lo que él piensa. La poesía existirá siempre, no importa lo que pase, seguirá estando debido a que no necesita del poeta porque está presente en todos los aspectos de la vida: en la naturaleza, en los misterios humanos, en los sentimientos del hombre y en la belleza de la mujer.
Por tanto podemos afirmar que el tema de la rima es la poesía. Bécquer define lo que  significa la poesía para él y nos explica que ésta existe incluso con  independencia del propio poeta, porque está presente en todos los aspectos de la vida. Habrá poesía siempre que existan lo que para él son los componentes poéticos básicos, sus  principales fuentes de inspiración.
Como dijimos anteriormente en esta rima aparecen reunidos todos los elementos de la temática becqueriana. La primer estrofa expresa la idea principal, nos muestra como la poesía, concebida como una fuerza universal e intemporal, existe más allá del poeta:
“No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.”
A partir de la segunda estrofa explica y justifica lo dicho en la primera. Destaca el poder de la naturaleza, el misterio de la creación, el mundo de los sentimientos como productores del hecho poético. En éstas últimas cuatro estrofas Bécquer nos habla de cada uno de los componentes poéticos fundamentales, los que para él son la fuente de inspiración de cada poeta.
Habla de la naturaleza, del lazo irrompible entre ésta y el hombre. Nombra elementos del mundo sensible, cómo el fuego y el aire. Al igual que en Cartas literarias para una mujer III nombra al sol, las nubes, la luz, el cielo y el mar.
Expresa que los sentimientos son producto del amor y que el amor es poesía. Bécquer reniega de la definición fría y racional que puede ofrecer un diccionario. El amor bajo ningún aspecto puede ser definido sino que exige ser sentido y vivido.

Qué es el amor? Con esa frase concluí mi carta de ayer, y con ella he comenzado la de hoy. Nada me sería más fácil que resolver, con el apoyo de una autoridad esta cuestión que yo mismo me propuse al decirte que es la fuente del sentimiento. Llenos están los libros de definiciones sobre este punto. Las hay en griego y en árabe, en chino y en latín, en copto y en ruso... ¿qué sé yo?, en todas las lenguas, muertas o vivas, sabias o ignorantes, que se conocen. Yo he leído algunas y me he hecho traducir otras. Después de conocerlas casi todas, he puesto la mano sobre mi corazón, he consultado mis sentimientos y no he podido menos de repetir con Hamlet:
¡Palabras, palabras, palabras!
Por eso he creído más oportuno recordarte una escena pasada que tiene alguna analogía con nuestra situación presente, y decirte ahora como entonces:
-¿Quieres saber lo que es el amor? Recógete dentro de ti misma, y si es verdad lo que abrigas en tu alma, siéntelo y lo comprenderás, pero no me lo preguntes.

Finalmente en la última estrofa llega a la formulación básica: la mujer es poesía:
mientras exista una mujer hermosa, / ¡habrá poesía!
En Cartas literaria a una mujer I  desarrolla este tema, comprobamos que para el poeta, poesía es sinónimo de mujer: “Poesía eres tú (…) La poesía eres tú, te lo he dicho, porque la poesía es el sentimiento y el sentimiento es la mujer… es, en una palabra el verbo poético hecho carne”

Estructura externa

El poema esta compuesto de 36 versos. Agrupados en una estrofa inicial de cuatro versos, seguida de cuatro estrofas de ocho versos cada una. La primera estrofa, de cuatro versos, tiene tres primeros versos endecasílabos y un cuarto verso pentasílabo. Mientras que en las otras cuatro estrofas restantes, los versos impares son endecasílabos y los pares son heptasílabos. A excepción del último verso de cada estrofa que es pentasílabo. La rima es asonante en los versos pares (í-a). Por lo tanto, la estructura métrica es: 11-, 11A, 11-, 6a / 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a / 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a / 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a / 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a, 11-, 7a

Figuras retóricas

* La anáfora, al principio de casi todos los versos impares a partir de la segunda estrofa se repite la palabra “mientras”.
*El hipérbaton, alteración del orden habitual de los elementos de una frase, aparece en los versos 13-14 “Mientras la ciencia a descubrir no alcance las fuentes de la vida“,verso 33: “Mientras sentirse se pueda en un beso”
* Personificación: verso7/8 ”el sol las desgarradas nubes de fuego y oro vista”, verso 21 “ríe el alma”, verso 22 “labios rían”, verso 23 “el llanto acuda”
* La metáfora, substitución del nombre de una cosa por el de otra que es semejante en algún aspecto, en el verso 2, “la lira”, equivale a la poesía.

*  Exclamación retórica, oración que llama la atención y siempre va entre exclamaciones, éste recurso aparece al final de todas las estrofas “¡habrá poesía!”,que también se puede decir que es un estribillo, con este recurso quiere dejar claro lo que afirma, como si fuese una verdad en la que se tiene que creer.
* Predominan los encabalgamientos, el contenido de una frase no acaba en un verso sino que sigue en el otro en todas las estrofas excepto en la primera, dónde aparecen las esticomitias, la frase acaba en el mismo verso, excepto en el verso 3 que hay un encabalgamiento con el 4.



RIMA IV (39)

No digáis que agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la humana ciencia no descubra
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a do camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

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